El cerebro está constituido por dos mitades, la mitad derecha llamada hemisferio derecho y la mitad izquierda llamada hemisferio izquierdo.
Ambos hemisferios están
conectados entre sí por una estructura denominada Cuerpo Calloso, formado por
millones de fibras nerviosas que recorren todo el cerebro.
Gracias a estas fibras, los
dos hemisferios están continuamente conectados.
Cada hemisferio está
especializado en funciones diferentes, de ahí que uno de los aspectos
fundamentales en la organización del cerebro lo constituyan las diferencias
funcionales que existen entre los dos hemisferios, ya que se ha descubierto que
cada uno de ellos está especializado en conductas distintas.
Conviene saber también, que
existe una relación invertida entre los dos hemisferios y nuestro cuerpo. Por
ejemplo el hemisferio derecho controla la parte izquierda del cuerpo y el
hemisferio izquierdo coordina la parte derecha.
Aunque los hemisferios
cerebrales tienen una estructura simétrica, con los dos lóbulos que emergen
desde el tronco cerebral y con zonas sensoriales y motoras en ambos, ciertas
funciones intelectuales son desempeñadas por un único hemisferio. El hemisferio
dominante de una persona se suele ocupar del lenguaje y de las operaciones
lógicas, mientras que el otro hemisferio controla las emociones y las
capacidades artísticas y espaciales. En casi todas las personas diestras y en
muchas personas zurdas, el hemisferio dominante es el izquierdo.
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